Llevo meses pensando en cómo iba a afrontar este día. No han pasado ni dos horas desde las doce y ya tengo los ojos hinchados de tanto llorar. Todo va a peor sin ti. Dejaste un hueco tan grande en mí, que ya ni siquiera soy persona. No pienso, no valoro, no quiero...con la misma intensidad de antes. Como cuando tù vivías. La vida se torna cuando menos nos los esperamos en un boomeran que, cuando en su mejor momento estaba en lo alto, resulta volver atrás para caer y adentrarse en lo más profundo de la tierra.
Ayúdame a seguir, viejita. Cuídame y dame fuerzas, porque, ahora mismo, carezco de ellas.
Sé que no aprobarías lo que estoy haciendo, pero, ¿qué opciones tengo?.
Aunque estas palabras no sirvan apenas de desahogo, sólo quiero que allá donde estés me perdones.
Te amo, del verbo amar, y te amaré hasta que me vuelva a encontrar contigo. Hasta siempre, viejita. Tu Debo no te olvida.
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