domingo, 14 de abril de 2013

Parches para el alma

Una vez, en algún sitio leí, algo parecido a esto: " una vez mi padre me dijo:« hija, el arma más peligrosa es la palabra, porque allí donde ésta abrió una herida, difícilmente va a cicatrizar».
No sé si era así, si en realidad lo leí o lo he soñado...el caso es entender, que sea como sea que lo recuerde, es cierto hasta la última coma, hasta el último punto.
Lo que quiero decir, es que no hay que ser incauto..hay que aprender a reflexionar y a ser conscientes del dolor que una frase inadecuada, en un momento inoportuno, a la persona incorrecta, puede ocasionar; que a cualquiera puede dejarle una huella palpable en su "ego interior" de por vida.
Soltamos ( a veces sin quererlo y otras veces reiteradamente) disparos sin pistola, puñaladas sin puñal, y luego esperamos remendar las heridas como si de un siete en nuestra prenda favorita se tratara.
Ahí es dónde incurrimos en una grave equivocación: el alma es a prueba de zurcidos y proclive a las heridas ( quizás algún día inventen parches para el alma, pero mientras tanto...).




Para evitar esto tan sólo debemos recordar este simple dicho: es mejor ser dueño de tu silencio que esclavo de tus palabras.
   Así evitarás dañar a quien te quiere, y  a la terrible compañera de viaje que puede ser la culpa..


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