lunes, 7 de julio de 2014

Si se le puede llamar...¿vida?

En momentos como estos, quizás es preciso pararse a pensar en lo que realmente está sucediendo a nuestro alrededor. Vivimos...vivimos días tranquilos, días felices, días tristes, días oscuros y nublados y días porque sí sin entrañar la diferencia entre cada uno de ellos. 
Puede que la finalidad de la vida no sea la felicidad como meta, sino como camino. Y esto es algo que -opino- todos deberíamos aceptar y asumir.
Las experiencias nos condicionan, los problemas nos inhabilitan y las ilusiones nos dan esperanzas (a lo mejor demasiadas). Pero, ¿quién no ha divagado alguna vez dejando volar su imaginación hasta posarse en un mundo ideal dónde todo es como soñamos?
La diferencia radica en tener los pies en la tierra (aunque tengamos la cabeza en las nubes) y en no decaer ante las adversidades. 
Sé que suena fácil decirlo, pero que, en cambio, cuesta toda una ¿vida? hacerlo; y muchos ni lo logran. Y es que el truco está en la autoestima.
Así que, si en algún momento, alguien cree que no valéis, demostradle que se equivoca. Y no estoy hablando de entrar en discusión o banalidades, porque, son los HECHOS los que hablan por sí solos y los que proporcionan una defensa irrefutable.

Por eso, cuando sientas que tu ¿vida? no tiene sentido, que no te valoran y que todo va mal. TEN FE EN TI , pues nadie conoce sus límites mejor que uno mismo. 

lunes, 20 de mayo de 2013

Aprenderás..


Después de algún tiempo aprenderás la diferencia entre
dar la mano y socorrer a un alma...
Y  aprenderás que
amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre
significa seguridad...
Comenzaras a aprender que los besos no son contratos,
ni regalos, ni promesas... 
Comenzarás a aceptar tus
derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente,
con la gracia de un adulto y no con la tristeza de un
niño...
Y aprenderás a construir hoy todos tus
caminos, porque el terreno de mañana es incierto para
los proyectos y el futuro tiene la costumbre de caer
en el vacío.
Después de un tiempo aprenderás que el sol quema sí te
expones demasiado... 
Aceptarás que incluso las
personas buenas podrían herirte alguna vez y
necesitarás perdonarlas... 
Aprenderás que hablar
puede aliviar los dolores del alma... 
Descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos
segundos destruirla,
y que tu también podrás hacer
cosas de las que te arrepentirás el resto de la vida...
Aprenderás que las verdaderas amistades continúan
creciendo a pesar de las distancias...
Y que no importa
que es lo que tienes, sino a quien tienes en la vida...
Y que los buenos amigos son la familia que nos
permitimos elegir...
Aprenderás que no tenemos que cambiar de amigos, 
si estamos dispuestos a aceptar que los amigos cambian...
Te darás cuenta que puedes pasar buenos momentos con
tu mejor amigo haciendo cualquier cosa o nada,
solo por el placer de disfrutar su compañía...
Descubrirás que muchas veces tomas a la ligera a las
personas que más te importan y por eso siempre debemos
decir a esas personas que las amamos, porque nunca
estaremos seguros de cuando será la ultima vez que las
veamos...
Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que
nos rodea tienen influencia sobre nosotros, pero
nosotros somos los únicos responsables de lo que
hacemos...
  Comenzarás a aprender que no nos debemos
comparar con los demás, salvo cuando queramos
imitarlos para mejorar...
  Descubrirás que se lleva mucho tiempo
para llegar a ser la persona que quieres ser, y que el
tiempo es corto.
Aprenderás que no importa a donde llegaste, sino a
donde te diriges y si no lo sabes cualquier lugar
sirve...
Aprenderás que si no controlas tus actos,
ellos te controlaran y que ser flexible no significa ser débil
o no tener personalidad,
porque no importa cuan
delicada y frágil sea una situación:
siempre existen dos lados.
Aprenderás que héroes son las personas que hicieron lo
que era necesario, enfrentando las consecuencias...
Aprenderás que la paciencia requiere mucha práctica.
Descubrirás que algunas veces, la persona que esperas
que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las
pocas que te ayuden a levantarte.
Madurar tiene mas que ver con lo que has aprendido de
las experiencias, que con los años vividos.
Aprenderás que hay mucho mas de tus padres en ti de lo
que supones.
Aprenderás que nunca se debe decir a un niño que sus
sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan
humillantes y sería una tragedia si lo creyese porque
le estarás quitando la esperanza...
Aprenderás que cuando sientes rabia, tienes derecho a
tenerla, pero eso no te da el derecho de ser cruel...
Descubrirás que solo porque alguien no te ama de la
forma que quieres, no significa que no te ame con todo
lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero
que no saben como demostrarlo...
No siempre es suficiente ser perdonado por alguien,
algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti
mismo...
Aprenderás que con la misma severidad conque juzgas,
también serás juzgado y en algún momento condenado...
Aprenderás que no importa en cuantos pedazos tu
corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo
arregles...
Aprenderás que el tiempo no es algo que pueda volver
hacia atrás, por lo tanto, debes cultivar tu propio
jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que
alguien te traiga flores.
Entonces y solo entonces sabrás realmente lo que
puedes soportar; que eres fuerte y que podrás ir mucho
mas lejos de lo que pensabas cuando creías que no se
podía más.
Es que realmente la vida vale cuando tienes el valor
de ¡enfrentarla!
William Shakespeare

viernes, 19 de abril de 2013

El precio del Nirvana.



El precio del Nirvana:
Prólogo:
El callejón era oscuro, apartado y silencioso. Sus pisadas desesperadas, cansadas, se arrastraban por el suelo asfaltado. Al llegar al final se topó con un muro contra el que descansaban varios contenedores. Se arrodilló echándose hacia atrás, dejando caer  todo su peso contra la pared. Parecía que lo había despistado. Después de todo, había sido campeón de atletismo no hacía mucho tiempo. 

Cerró los ojos, y pensó en todo lo acaecido esa noche. Había sido tan extraño... Antes de que pudiera darse cuenta estaba siendo perseguido por un psicópata que le había propinado una brutal paliza y lo había amenazado dispuesto a hacerle picadillo con un instrumento completamente desconocido para él.
Y ahora estaba allí, perdido en el corazón de la ciudad. Perdido y sin teléfono móvil.  Pero aquello había terminado. Esperaría unas horas antes de salir de detrás de aquellos contenedores y pediría ayuda a gritos. O eso pensaba...

De repente, oyó un murmullo, una especie de cántico grave acompañado por el sonido de unas zapatillas de tela arrastrándose vagamente hacia donde él se encontraba. Sin prisa, sin pausa. El individuo sabía perfectamente dónde se encontraba. 

Fue entonces cuando Ray reconoció a su atacante. Tembló. Estaba débil y arrinconado, no podría huir. Miró a su alrededor intentando buscar alguna salida, alguna esperanza que le proporcionara un hálito de vida: una posibilidad de escapar. Pero fue en vano. Llegados a ese punto, pensó que, quizás hubiera sido mejor haber seguido corriendo hasta que alguien lo encontrara, y no meterse directamente en la boca del lobo, oscura, fría y sentenciante.

 Su perseguidor fue aminorando la marcha hasta que se posicionó a un metro de él. Le sonrió. Era una sonrisa brillante y serena, aunque, por el contrario, sus ojos reflejaban euforia. Eran ese tipo de ojos que sólo está presente en los locos, ojos tornados en blanco casi en su totalidad, ojos de placer..

Levantó su extraño artilugio. Una enorme vara de bambú hueca terminada en un afilado pico.  De su interior había empezado a manar un liquido incoloro. 
El atacante dio un paso hacia delante, bajó el imponente báculo y alzó una mano en  la dirección de Ray. 

En ese instante, todo su mundo se transformó en dolor  y angustia. Su cuerpo se estremeció intentando huir inútilmente..entonces, lo entendió: no había nada que hacer. Cerró los ojos y se dejó morir. Lo ultimo que escuchó  fue esa voz, ese cántico incomprensible alejándose. Le ardía el pecho, pero eso ya no le importó más..

Eran las 22:22.

domingo, 14 de abril de 2013

Parches para el alma

Una vez, en algún sitio leí, algo parecido a esto: " una vez mi padre me dijo:« hija, el arma más peligrosa es la palabra, porque allí donde ésta abrió una herida, difícilmente va a cicatrizar».
No sé si era así, si en realidad lo leí o lo he soñado...el caso es entender, que sea como sea que lo recuerde, es cierto hasta la última coma, hasta el último punto.
Lo que quiero decir, es que no hay que ser incauto..hay que aprender a reflexionar y a ser conscientes del dolor que una frase inadecuada, en un momento inoportuno, a la persona incorrecta, puede ocasionar; que a cualquiera puede dejarle una huella palpable en su "ego interior" de por vida.
Soltamos ( a veces sin quererlo y otras veces reiteradamente) disparos sin pistola, puñaladas sin puñal, y luego esperamos remendar las heridas como si de un siete en nuestra prenda favorita se tratara.
Ahí es dónde incurrimos en una grave equivocación: el alma es a prueba de zurcidos y proclive a las heridas ( quizás algún día inventen parches para el alma, pero mientras tanto...).




Para evitar esto tan sólo debemos recordar este simple dicho: es mejor ser dueño de tu silencio que esclavo de tus palabras.
   Así evitarás dañar a quien te quiere, y  a la terrible compañera de viaje que puede ser la culpa..


miércoles, 27 de febrero de 2013

Errare humanum est

Es fácil pararse a pensar ¿quién soy? ¿cómo he acabado aquí? ¿qué camino debo seguir ahora? ¿lo estoy haciendo bien?...
Lo difícil es obtener una respuesta a cada una de estas preguntas.
Preguntas, preguntas, preguntas y más preguntas...¿ Adónde nos llevan tantas cuestiones? ¿solucionan dudas? ¿o nos proporcionan otras tantas?
Quizás lo mejor sea seguir hacia adelante, perderse en los laberintos del destino, seguir tus instintos y no preguntarse por los porqués que puedan surgir en el camino.

Se podría decir,  que el perderse sirve para encontrarse a uno mismo. Para llegar a contemplar la transparencia del alma: la luminiscencia de la vida. Ese color característico que aporta un brillo especial a la existencia.

 Pero, sea como sea, lato sensu, hemos nacido para errar, para aprender, para reír y llorar,..pero NUNCA para arrepentirse.





lunes, 26 de noviembre de 2012

Sumisión

¿Cómo saber realmente cuando hemos hecho bien y cuando mal? El sinuoso camino por el que nos llevan nuestras decisiones a veces hace plantearse si dichas acciones son o no benevolentes y a la vez fieles a nosotros mismo y no a los demás. Todo esto ¿por qué ? por obligación, por conveniencia o por sumisión.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Desleal.

En ocasiones, la voluntad nos juega una mala pasada.  El orgullo se reblandece y el honor desaparece.
Y todo lo que teníamos tan claro, ahora se torna en espesa neblina. Quizás algún día se acerque el sol, y desaparezca toda confusión. Quizás algún día me sea fiel a mí misma...